Por ello creo que el maestro debe cambiar la escuela desde dentro. Muchas de ellas parecen fábricas, con timbres que suenan cada cierto tiempo y con materias e instalaciones separadas, tal y como dice el vídeo. De hecho muchos de los profesores todavía siguen métodos antiguos que seguramente no sean tan buenos como los de hoy en día; por ejemplo en muchos colegios religiosos todavía se da a los niños con una palmeta, una regla o un bolígrafo por aquello de “la letra con sangre entra”. Opino que el maestro tiene que estar formándose continuamente, por ejemplo con las TICs: éstos tiene que adaptarse a ellas porque vivimos en una sociedad rodeada de información y porque los mismos niños demandan esa formación especializada.La sociedad cambia, los niños también y por tanto el sistema educativo y los maestros deben hacerlo con ellos. Lo que no se oye muchas veces de un colegio es que cuando pasas a las aulas se respira un ambiente diferente, en el que niños diferentes se juntan para aprender, para socializarse, para ir formando una personalidad y una persona con valores, inquietudes y esperanzas. Muchas de estas esperanzas se ven frustradas por algunos profesores, por otros alumnos o por los propios padres de los niños, por lo que desciende su ilusión y sus motivos de estar en la escuela.
Creo que el maestro de hoy en día tiene que ayudar a que esto cambie y no sea así. En la sociedad actual, el maestro se dedica a enseñar y a educar a los niños que le tocan ese año. A enseñarle a sumar, restar o dividir así como los ríos de España, las provincias, los reyes que han gobernado o las normas ortográfica de la lengua española. No se centran tanto en observar si el niño está construyendo su pensamiento crítico, en si coopera mejor, en si tiene ilusión y ganas por seguir estudiando o en si ha adquirido esos valores que hacen falta para ser un buen ciudadano. Está claro que siempre va a haber maestros, y maestros y que no por ello hay que generalizar, pero yo opino que la mayoría son así y que rara vez encuentras con uno que de verdad merece la pena y tiene vocación, ilusión y ganas por enseñar y cambiar el mundo y la sociedad en la que vivimos.
Por ello, bajo mi punto de vista, hay que cambiar la educación desde abajo. Como decíamos en el debate de clase, hoy en día tenemos hasta 30 alumnos en las aulas, ¿Qué hacemos en este caso? ¿Perdemos las ganas de trabajar porque es imposible hacerlo de esta manera? Creo que esta cuestión en concreto, debemos afrontarla como un reto para nosotros; pensar unas metodologías adecuadas para lo que vayamos a tener en el aula (hacemos grupo pequeños de 5 alumnos cada uno, por ejemplo) y aplicarlas.
En mi opinión si queremos cambiar la sociedad en la que vivimos y la escuela que hemos formado a partir de ella, tenemos que hacerlo en los primeros niveles. Siendo estudiante de educación infantil puedo ir concienciándome de qué me encontrare cuando llegue a la escuela y qué quiero hacer una vez esté allí e intentar, cuando llegue, cambiar mi metodología si es necesario y sobre todo hacer de la escuela un sitio agradable, en el que se inculquen valores e ilusiones y no sólo contenidos educativos.
Para seguir reflexionando sobre el rol del maestro en la sociedad y su formación, dejo este artículo de la Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado (1999) de Garrido Arroyo, M. y Valverde Berrocos, J : La formación del maestro en la sociedad actual: Consecuencias inmediatas y nuevas perspectivas formativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario